El pasado domingo celebramos una eucaristía para conmemorar el segundo aniversario de la bendición de nuestra Santísima Soledad del Mar Menor.
Una eucaristía de sentimientos encontrados, marcados por un lado por las normas sanitarias propias de este tiempo de pandemia que estamos viviendo, sin apenas publicidad para evitar la masificación del templo parroquial, que no alcanzó el aforo máximo permitido, rostros con mascarillas y saludos en la distancia que no nos permitieron la cercanía hacía los 65 hermanos y devotos que nos acompañaron.
Participaron en las lecturas y peticiones cofrades y componentes de la Rondalla y Coro y Coral Santiago Apóstol. En las peticiones estuvieron presentes entre otras los niños y maestros que comienzan el curso escolar y los fallecidos por coronavirus.
Nuestro párroco Juan Rosique, dedicó unas palabras a este proyecto de cofradía que comenzó su andadura con su llegada. Comentaba que no pocos visitantes de la parroquia al entrar se sorprendían al encontrarse frente a una Virgen nueva y tras informarse le dedicaban un momento en silencio o alguna oración y continuaban hacía el sagrario. "Aunque María tenga la advocación de Soledad, siempre está acompañada ".
Nuestro hermano José Miguel Luengo también hizo unas reflexiones sobre la Virgen pues llegó cuando este pueblo más la ha necesitado... primero con las DANAS, la salud del Mar Menor, los accidentes de aviación de la Academia General del Aire, el Covid-19... los creyentes tendremos una ventaja en estas situaciones, la fe y la esperanza.
Se procedió a la bendición del Ángel donado por la Rondalla y coro y la Coral Santiago Apóstol, cancelado en el triduo cuaresmal por el estado de alarma. También se bendijo y le fue impuesta a la Virgen una corona recientemente donada.
Nuestra Titular se encontraba en el altar con vistiendo terno con saya blanca y manto negro brocados con dorado, cinturilla de terciopelo negro bordada en oro de Jose Manuel Murillo que estrenó en su bendición, sobre el pecherín broche con su advocación, corazón con siete puñales, cruz y Rokiski. Fajín burdeos enlazado del que prenden varios broches y estrellas. En sus manos una rosa de plata sobre la derecha y en la izquierda dos rosarios de alpaca y azabache y otro de plata y nácar. Sobre su cabeza, una pequeña corona de flores.
El adorno floral fue realizado para la ocasión por Floristería Thalia de San Javier. Compuesto de diferentes hojas verdes con flores blancas de Gladiolos, Lisianthus, Chrisanthem uniflora, Anturium , Hortensia, y un toque morado de Guisophila y Chrisanthem uniflora.
Por último nuestro presidente, Antonio Aibar cerró la ceremonia agradeciendo la asistencia a los presentes. Los cofrades y devotos de la Soledad, alzamos nuestras oraciones a Dios por medio de la Virgen como en ocasiones en nuestras familias acudimos a las madres antes de tratar ciertos asuntos con los padres.
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